
Lo correcto es tomar postre. El sistema digestivo dispone de unos receptores químicos que nos inducen a llevar una dieta variada y a tomar alimentos con distintos sabores.
Al comer, los receptores de lo salado son los primeros que se sacian, y hasta que estos no lo hacen no se estimulan los de lo dulce. Según Marta Garaulet, doctora en Farmacia, este mecanismo condiciona que no nos quedemos satisfechos si no finalizamos la comida con algo azucarado. De hecho, si no tomamos postre, nuestro organismo seguirá necesitando dulce y nos inducirá a picar cualquier cosa, lo que podría provocar el sobrepeso.
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