Se podría pensar que estas ranuras se hacen por decoración, pero la verdad es que nacieron para solucionar un problema de la época.
En sus orígenes todas las monedas eran de oro o de plata y sus bordes eran lisos. El valor de las monedas se basaba en la cantidad de oro o plata que tuvieran. Debido a esto surgieron muchos estafadores que limaban o cortaban trozos pequeños de los márgenes. Estos pedazos y polvo se juntaban y se vendían.
El tamaño, peso y por lo tanto valor de las monedas disminuía pero pasaban desapercibidas. Era muy difícil saber qué monedas habían sido tratadas por estafadores. Para evitar que esta práctica Isaac Newton, que era miembro de la Casa de la Moneda Real de Gran Bretaña, sugirió hacer ranuras en los bordes de las monedas, así sería muy fácil detectar si estaba limadas o cortadas. El gobierno llevó a cabo esta idea que se ha mantenido hasta la actualidad.
Actualmente las monedas ya no son de oro puro o plata, pero los bordes siguen existiendo porque han adquirido nuevas utilidades, por ejemplo las personas invidentes pueden diferenciarlas gracias a estas ranuras y a su tamaño.
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