Hay experiencias positivas, como las redes de pacientes, que ponen en contacto por internet a personas que están sufriendo la misma enfermedad y se ofrecen apoyo y consejos; iniciativas con buenos resultados como la de algunas consultas virtuales, por ejemplo la que ha montado el Hospital Clínic de Barcelona para pacientes con VIH y médicos que están sacando provecho de las posibilidades que ofrece Twitter. Pero, por el momento, son casos contados. La mayoría de los doctores, a diferencia de otros profesionales, son reticentes a utilizar las redes sociales como nueva forma de comunicar con los pacientes.
Tres artículos que publica la revista ‘The Lancet’ ahondan en la cuestión y analizan los puntos más controvertidos de la medicina 2.0. Para Helen Atherton, del Imperial College de Londres, algunas de las preguntas que surgen ante estas nuevas herramientas son: «¿Deberían los médicos sentirse amenazados por interactuar con sus pacientes en internet, fuera de la consulta y discutir sus tratamientos en foros cibernéticos?, ¿cambiará el trato personal entre ellos si también hablan por las redes sociales?». Según esta experta, «lo más probable es que las mismas preocupaciones surgieran cuando apareció el teléfono hace más de 100 años. En vez de verlo como una amenaza deberíamos pensar en una oportunidad para mejorar la eficacia de los sistemas de salud y el conocimiento de los pacientes sobre sus dolencias».
Atherton explica a ELMUNDO.es que la principal preocupación de los galenos ante este nuevo reto es «la incertidumbre y la falta de directrices sobre cómo hacer un buen uso de esta tecnología«. Y añade que los mayores miedos tienen que ver con «el posible aumento de la carga de trabajo y con la seguridad de la información que fluye por la Red». Sin embargo, el punto de vista de los pacientes es distinto y «como muchos utilizan estas redes en su día a día tienen menos preocupaciones que los profesionales sanitarios», advierte.
En la misma línea se expresa Elena Torrente, del Instituto de Estudios de Salud de Barcelona, para quien «los médicos van un paso por detrás de los pacientes, que sí están usando internet para organizarse y debatir. Los doctores son más reticentes, pero sobre todo porque desconocen el medio y creen que les va a robar mucho tiempo y que van a tener que estar desmintiendo los falsos mitos sobre salud que circulan por internet».
Asimismo, ambas expertas indican que «siempre hay que ver esto como un complemento. En ningún caso va a sustituir a la consulta tradicional, pero sí que puede ser un buen añadido para determinados pacientes y mejorar la eficiencia del sistema». Torrente cree que, «a la larga no les quedará más remedio que familiarizarse con esta forma de comunicación, porque a lo que se tiende es a eso, a una medicina predictiva, personalizada y participativa en la que el paciente tendrá cada vez más relevancia».
Posibles usos
Para tratar de paliar un poco el desconcierto médico, la Asociación Médica Australiana, la Asociación Médica de Nueva Zelanda y las Asociaciones médicas de estudiantes de ambos lugares han elaborado unas guías para ayudar a manejarse por estos nuevos canales. «Más que dar consejos, lo que hacemos es presentar escenarios y discutir las potenciales implicaciones que tendrían para la salud y el trabajo de los médicos».
Aunque hace falta más investigación sobre este tema, estas asociaciones declaran que «ante el evidente cambio en la forma de relacionarse, mantener los estándares éticos y profesionales es esencial para proteger tanto a los galenos como a los pacientes. Eso no debe cambiar». También llaman la atención sobre la importancia de mantener la confidencialidad.
Más que para pasar consulta, las redes sociales tienen otros usos que pueden mejorar la salud. Entre ellos, la especialista del Imperial College destaca la «oportunidad para lanzar mensajes saludables y llegar a mucha gente y también es muy útil para que los pacientes hablen entre ellos sobre sus respectivas experiencias».
Al margen de la comunicación personal entre médicos y pacientes, que es quizás el aspecto más polémico del uso de redes sociales en medicina, las conexiones por la Red ya han servido para mejorar algunos sistemas sanitarios. Es el caso de Taiwan que expone el doctor Yu-Chuan Li de la Universidad de Taipei. En el mes de febrero, un médico de urgencias y famoso bloguero creó un grupo en Facebook llamado «Rescata las urgencias», en el que ponía de manifiesto la masificación que sufrían los servicios de urgencias del país y los pocos recursos con los que contaban.
En una semana ya contaba con más de 1.500 seguidores que discutían y compartían sus experiencias en este servicio. Uno de sus miembros decidicó dar un paso más y colgó las inquietudes y reclamaciones del grupo en el muro que el Ministro de Salud de Taiwan tiene en la misma red social. Inmediatamente se sumó a la discusión. Al poco tiempo el equipo ministerial realizó una visita sorpresa a las Urgencias de 10 ciudades diferentes y luego prometió dar más recursos para mejorar.
fuente: el mundo.
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