Científicos escoceses, el Dr. Leigh Cassidy de la Universidad de Aberdeen y el toxicólogo Graeme Paton han descubierto que las cáscaras de cebada comprimida tienen la capacidad de eliminar agentes tóxicos como pesticida, benceno y metales pesados del agua contaminada. Desarrollaron un sistema llamado DRAM que consiste en la atenuación y recuperación de contaminantes múltiples. Las cáscaras son normalmente un elemento desechable una vez que les ha sido extraída el azúcar. Por ello, las científicos hallaron enormes cantidades de este desperdicio en las destilerías de Speyside en Escocia.
Por ahora, los creadores del sistema DRAM no han querido entrar en detalles sobre este proceso, pero aseguran que este puede remover el 95% de los contaminantes del agua.
Con una capacidad de limpiar hasta mil litros de agua en una hora, el sistema comenzará a utilizarse en diciembre de este año para resolver el problema de contaminación por arsénico en la región circundante a Golaidanga; se espera que 30 familias de una aldea local sean las beneficiadas.
Si bien este proceso de purificación no es superior a las soluciones de tratamiento de agua, lo que lo hace realmente valioso es su poder de purificación sin químicos y su bajo costo.
Los amigos del whiskey, ya tienen una excusa más para seguir consumiendolo, ya que los desperdicios producidos durante su destilación podrían ayudar a millones de personas que carecen de agua potable.
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