Cada vez que se realiza un cónclave en el Vaticano para elegir al nuevo Papa, es tradición comunicar al público el resultado de la última votación mediante el humo que emite una pequeña chimenea de la Capilla Sixtina: las fumatas.
Se realizan dos jornadas de votación al día: una por la mañana, y otra por la tarde. Si ningún candidato ha obtenido la mayoría de votos, se queman las papeletas con las que se ha votado en una estufa de hierro. El humo negro se produce porque no hay una combustión completa, al no haber suficiente oxígeno en la estufa, generando la quema partículas en suspensión de color negro (hollín).
Si, tras la votación, resulta uno de los candidatos elegido Papa, se prepara una quema que realice una combustión completa, obteniendo humo blanco formado por vapor de agua y dióxido de carbono. Hasta ahora se solía acompañar la quema de papeletas con paja húmeda, para ahogar la combustión y obtener humo negro; o paja seca, para producir humo blanco.
Para evitar confusiones
Con el cónclave de marzo de 2013, para evitar confusiones de otros años donde salía humo gris, la fumata se hará con dos estufas: una para el humo negro y otra para el humo blanco. Además, estas estufas estarán conectadas a un aparato que, con fumígenos, ayudará a formar un color de humo blanco o negro más definido.
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