¡Ahora resulta que la Mezquita de Córdoba no tiene dueño!
El secretario del Ayuntamiento de Córdoba, Valeriano Lavela Pérez, ha emitido un informe donde asegura que el templo no pertenece a la Iglesia ni a ninguna administración pública nacional o extranjera, ni a persona física o jurídica alguna. Nadie puede adquirir su propiedad ni registrar su titularidad porque este monumento no puede ser comercializado, según una cláusula ya recogida en el derecho romano para determinados bienes.
La Mezquita de Córdoba posee una protección especial al ser declarada Patrimonio Universal de la Humanidad por la UNESCO en el año 1984 y Bien de Valor Universal Excepcional por la declaración en Qatar en 2014.
Los documentos que utiliza la Iglesia para demostrar su titularidad son insuficientes, ya que se remontan a la donación del Rey Fernando III al obispo Lope de Fitero en 1236, cuando los cristianos conquistaron la ciudad, lo cual es nulo de pleno derecho siguiendo las leyes romanas en aquella época. Según Lavela, la consagración religiosa no es modo de adquirir la propiedad y cree que lo ocurrido fue una purificación para que el edificio pudiera servir al culto católico, es decir, no fue una donación regia, sino la cesión de un derecho de uso.
Por tanto, y según el informe de Lavela, los dueños de la Mezquita de Córdoba son «todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas del mundo pertenecientes a cualquier tiempo o época sin distinción de pueblos, naciones, cultura o razas».
Así que, bacinotes, ¡todos tenemos un pequeño milímetro de este increíble monumento! 😉
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